Solo pido por un instante
poder volver a aquel momento
en el que fui niña en un columpio
y creía que si me impulsaba lo suficiente,
sería capaz de tocar el cielo.
Si no sabe lo que está buscando
no sabrá encontrarlo.
Si no sabe apreciarlo
no sabrá sacarlo.
Sí, hablamos de lo mejor de ti.
Miraba la última hora de conexión,
de alguien que llevaba meses desconectado de su vida.
Cuando caminas mil veces por las mismas calles, pierdes la perspectiva de la belleza de ciertos edificios.Hasta que aparece alguien de fuera y te lo recuerda.
Pasa igual con nosotros mismos.
Todas las despedidas dejan marca,
la tuya rompe entera mi baraja,
que alguien me explique el truco
para seguir creyendo en esta magia.
Aguantabas el dedo en el gatillo
aunque no tenías ni pistola ni balas.
Solo la necesidad de salir corriendo tras el disparo, porque tu instinto no siempre advertía el peligro cuando te encontraba.
Desaparecimos, dejando que el silencio lidiara con el conflicto, siendo nosotros los cómplices mudos de un asesinato que satisfacía a ambas partes. Nadie reclamaría el cuerpo.
Despertabas con legañasque a lo largo del día convertías en pestañas para soplar y pedir de nuevo el deseo de otra noche mágica.
Cada noche antes de dormir, tocaba hasta que los dedos le sangraban. Todo era poco, si al final conseguía recomponerla.
Mientras conduzco veo a mi derecha el arcoiris. Me paro a disfrutarlo todo el tiempo posible, sabiendo que se irá y yo seguiré mi propio camino. Lo mismo pasa a veces con la gente.
Quizá entonces,
me encuentres perdida
en algún sucio laberinto
que yo misma he creado,
poniéndome muros,
donde una vez tendí puertas.
No lo olvides,
porque en ese instante
necesitaré que me abraces tan fuerte,
como si lleváramos toda la vida fuera.
Quemaré mis naves de noche
para que todo el mundo vea
que no tengo intención alguna de huir,
que tú eres mi nueva casa
y que estos son los primeros pasos
de nuestra aventura.
Quédate,
como si este vagón fuera a llevarnos
a algún lugar lejos de esta espiral infinita.
Y mírame,
hasta que todo salga bien,
hasta que de lejos,
solo se oiga el mar.