La derrota ofrece lecciones para aprender,
que la victoria nunca será capaz de enseñar.
No se trata de encajar, sino de crear conexiones alrededor de tu planeta en el que toda tu galaxia te aporte y te lleve a donde quieras llegar.
Te buscaba por todas partes
y tú a veces aparecías
y yo siempre lo llamaba destino.
Cuando solo era tiempo y mi atención puesta en cualquier sitio.
Cuando tu brújula ya no apunta a ningún lugar, es hora de seguir a tu veleta, de salir a perseguir el viento y sobre todo, de dejarte llevar.
Quien hace de un regalo su tiempo contigo, jamás usará su ausencia como forma de castigo.
Cuando nos distanciamos empezó a nevar, pero de forma diferente, como los puntitos blancos que aparecen en la tele, cuando la conexión a la señal se muestra malamente.
Para bien o para mal
hay ciertas canciones
que nunca las podremos
volver a dedicar.
Él no pasaba páginas
las creaba a golpes de hacha
sobre el tronco del tiempo.
Tu ciencia cierta
nunca pudo frenar
mi realismo mágico.
Para salvarte
tendré que volver a ser
la mala de una película
que ya nunca más
podré volver a ver.
Alcanzar tus metas
con la persona equivocada
es un precio
que tarde o temprano se paga.
No es el número de horas lo que determina cuanto conoces a una persona, sino el tiempo que pasas exponiendo tus debilidades sin ningún tipo de temor.
La locura tiene caminos
que el subconsciente solo se atreve a recorrer soñando.
Tras cada uno de tus amerizajes insalvables, mi playa te estará esperando al otro lado.
Nadie sabe la cantidad exacta de cajas de recuerdos que la nostalgia se podría arriesgar a desenterrar antes de que la tristeza ganara con 21 black jack.