Para que al mirar
en las arenas del tiempo
estemos orgullosos
de haber logrado
que las dunas de los demás
sigan creciendo.
Lanzabas hiedras contra tu tejado
para tropezar siempre con la misma
que sostenía todo tu decorado.
Conecto recuerdos
como si fueran palomitas
en este hilo
como si aún fuera Navidad
y no te hubieras ido.
No todos los trenes
admiten viajeros,
así que antes de subir
piensa bien en qué caminos
solo te dejan ser un pasajero.
En nuestra vida
siempre hay dos signos de interrogación constantes
y depende de nosotros
saber con qué rellenamos
ese espacio errante.
Ten paciencia
que al final de este desierto
encontraremos nuestra playa.
Te leías primero
el final de los libros
porque comprendías que la aventura
estaba siempre en el camino.
Te atan los pies a la tierra
y luego te dicen
que has perdido
tus recuerdos felices
para poder volar.
En la era de la inmediatez
es imposible encontrar un rumbo
cuando los caminos
se tardan meses en recorrer.
De tu sonrisa
cae tristeza,
porque hay algo
más transparente
que las lágrimas.
Como si de un muñeco de cuerda se tratara,
la tristeza tira de mi sonrisa
hasta que consigue apagarla.
La eterna búsqueda por expresar emociones ha llevado al ser humano a una especie de locura colectiva con múltiples variantes:
ya sea en cine, danza, literatura, música, pintura, teatro, escultura, fotografía, cómic o arquitectura.
Mis letras ya no puede seguir este abecedario, junto palabras y ahogo recuerdos, por si pudiera salir de este mal sueño, que me encuentra a diario.
Aquel 14 de febrero en La Tierra, no supe muy bien si el amor era algo que enorgullecía al ser humano u otra materia más con la que vender y comprar en el mercado.
Dudo si el tiempo se ralentiza, pasa o me sobrepasa, pero hay una certeza clara: te echo de menos como el mar a la playa.