Los viejos hábitos nunca mueren
siempre están a la espera de que retomemos
aquellos propósitos que un día soñamos conseguir.
Aquellos días se volvieron como una playlist en modo aleatorio, íbamos pasando canciones hasta que llegara nuestra favorita.
Los ecos de gratitud
nos acompañan siempre
que hacemos algo por mejorar el mundo
aunque nadie nos lo diga directamente.
Vuela hasta donde quieras
que yo estaré sujetando tu cuerda
para cuando necesites
volver a tener los pies en la tierra.
Si la vida es una calle de sentido único
hagamos una ciudad que merezca la pena
recorrer eternamente.
La estética debe ser admirada
la personalidad amada.
Crear un lenguaje secreto
formado por miradas, sonrisas y algún suspiro indirecto.
Tapaba las heridas con tinta
y escupía palabras de vida.
Quizá era la noche,
la oscuridad del cuarto
o que ella dormía,
pero no era capaz de ver
la sonrisa de felicidad
que él tenía.
En mis pesadillas
te vas para no volver
y yo en el fondo pienso,
que en realidad son buenos sueños,
porque significa que te pudiste quedar
con nosotros mucho más tiempo.
Ya no hacía falta hablar
porque la música llenaba la habitación.
Todo aquello estaba removiendo la arena
que durante mucho tiempo había consolidado,
haciendo movedizo el suelo que pisaba cada noche.
Caminar
con la cabeza bien alta
porque no importa lo que el sendero traiga
solo está la opción de recorrerlo.
Amor también es
sentarse en silencio
a mirar por la ventana
y nadar juntos
en esa tristeza
en la que a veces
nos sumerge la vida.
Ahora a tu lado
va una persona
que me recuerda
a la muñeca desdibujada
en la que podría haberme convertido
de haber aceptado tus chantajes sucesivos.
Esta hoja de calendario
que no voló
sigue llena de espacios
para tatuarse planes
que llegarán.