Que hay ciertas tormentas que tarde o temprano nos encuentran.
Y que la única forma de librarnos de ellas es atravesarlas.
Pasada la euforia general por el nuevo año, me dediqué a cumplir las frases que los demás habían viralizado en redes sociales.
Todos somos la oportunidad perdida de alguien que fue demasiado cobarde.
Y enterramos el hacha de guerra
en la parte más estrecha de nuestras espaldas.
Ella llegó a la vida de él
como la lluvia a una zanja
y se formó un pequeño charco
donde su niño interior saltaba.
Ni el fuego más ardiente podría quemar tanto como lo hacía la cuerda a la que me aferraba.
Así que me solté…
A veces esperamos tanto a alguien del pasado, por si vuelve, que descuidamos a los que están a nuestro lado en el presente.
Malgastamos tanto tiempo tratando de dar sentido a demasiadas cosas que simplemente pasaban por pasar…
Acordamos cambios,
nuevos planes,
nuevas normas,
poner más ganas…
Pero la ilusión se había ido
y ya no había forma de recuperarla.
Todos tenemos una persona paralela,
que vive siempre al límite de entrar en nuestras vidas, pero que nunca llegamos a conocerla.
El anciano de paraguas camina con medio cuerpo mojado.
No había perdido la costumbre de llevarlo como si ella fuera aún a su lado.
Seguimos girando en esta espiral de fuego sobre pólvora;
que se estrecha, pero no estalla,
que nos aleja, pero no se apaga.
La escritora se había quedado sin palabras,
al vender su alma al demonio,
para que él recuperara el habla.
Tú, que ^ serás importante en mi vida,
que ^ has estado a mi lado,
aunque esta historia ^ acabe,
^ volveré a estar contigo.
[^=Nunca]
Exhibía felicidad en cada sonrisa de su perfecta dentadura, mientras la tristeza sangraba por la comisura de sus labios.
En ocasiones perdemos piezas por el camino y no es hasta que algo de nosotros deja de funcionar, que no nos damos cuenta.