Miró confundido por la ventana. El sonido de los truenos retumbaba en su cabeza, pero fuera, el sol se expandía a lo largo de un limpio cielo azul.
Pudiera ser, que sus conflictos internos, hartos de dar vueltas en un espacio tan reducido, hubieran volado por la habitación en forma de ondas sonoras. Su mente artística las moldeaba y la imaginación las transformaba en una tormenta enfurecida que le enloquecía.