Recuerda que en algún lugar del mundo está saliendo el sol. Llegará en un tiempo, si lo esperas o pronto, si vas a buscarlo tú.
Se alejaba de espaldas sin mirar atrás. Como un imán que sabe que si se gira, la atracción le hará quedarse para siempre.
Saca el sombrero y la varita
yo te asisto entre bastidores
unos trucos no son suficientes
necesitamos magia para parar esta rutina.
Siempre estás en lo que sientes.
Y es que me has besado más intensamente con la mirada, que a otros tantos con tus labios.
No gana el último que golpea, sino el que mejor sabe sobreponerse tras el combate.
Fuimos cesura – en un verso incompleto de principio.
Al final, nadie puede quedarse demasiado tiempo en un lugar que ya no existe sin anclarse, enloquecer o vagar a la deriva.
Sonreía con la confianza y la sombra de tristeza de aquel que comprende el juego, pero sabe que la victoria no está en su mano.
Me siento como un genio atrapado en la botella de un abstemio que solo bebe cuando quiere olvidar su futuro inacabado.
Límites del ser humano:
Tres semanas sin comer.
Tres días sin agua.
Tres horas sin refugio en condiciones extremas.
Tres minutos sin aire.
tres segundos sin verte sonreír.
Dejaría el mundo arder
con tal de acabar con este invierno
pero prefiero quemarme en tu piel
como un fuego fatuo en el desierto.
Algunos puntos suspensivos solo son abismos de tinta que contienen demasiadas palabras (incluso vidas) para ser escritas o dichas.
Qué complicado resulta vivir con una certeza que nadie más es capaz de ver y fingir ser parte de esa ceguera conjunta.
Las puertas entreabiertas arden igual que las cerradas y el humo que liberan advierte a la persona del otro lado: precaución.
Quiero que me aceptes por lo que soy
y no a pesar de lo que soy.
Porque los pesares, a la larga,
se vuelven cargas imposibles de sostener.
A veces por buscar algo distinto,
acabamos encontrando lo mismo.
Diferentes máscaras,
idéntico magnetismo.