Gira el destino,
golpea la suerte,
ama la primera vista,
enamora la mente,
mantiene la constancia,
separa la muerte.
Aunque la puerta de entrada se haya derrumbado, mientras yo sea capaz de seguir proyectando una puerta al final del camino, esta cueva tan solo será, un largo túnel con salida.
Me hice mayor cuando comprendí
lo que había subido el valor de un primer beso.
Te he encontrado en los tejados
escribiendo con tiza al cielo,
por si alguien llega volando
no olvide cómo era el mundo
antes de que lo destruyéramos.
Me he sentado contigo
y he empezado a recitarlo.
No sé si ha cambiado algo
pero espero que entiendas
que ahora estás acompañado.
Nunca podré ser objetivo contigo, los seres humanos corremos el riesgo de ahogarnos en palabras y contigo salen todas perfectas, alocadas, radiantes, como bailando en la misma melodía de un poema.
La herrumbre abre brecha en el edificio, dejando entrar un rayo de luz que ilumina un viejo arcón. En él, dos juguetes rotos, olvidados por el tiempo descubren que no están solos, que aún les queda vida y les sobra pasión.
La edad solo se puede delimitar por lo que cuesta cada aprendizaje en unidades de felicidad.
Abro al azar un libro de la estantería, habla de escribir los versos más tristes esta noche, pasan los años, llega ese día, estrecho mi ser con el autor, cierro los ojos, la vida es poesía.
Nosotros somos tiempo
pero
¿Cuánto tiempo somos nosotros?
No hay mejor espejo
que los ojos del primer amor,
muchos años después.
La verdad nunca te encuentra,
cuando te has creado una mentira que suena mucho más real.
Sabré que he llegado, porque a pesar de la tormenta, ella me estará esperando al final de un puente de madera junto al mar. Ese será el comienzo del viaje.
He tocado fondo
soñando con el techo,
he imaginado el mar
y he volado sobre textos
fui a parar a este sucio lodazal
hecho de polvo y huesos.
El barro no sirve como tinta.
Firmo aquí mi rendición,
puede que esto sea lo último que escriba.
El poder de cambiar vidas
está latente en todos nosotros
y aunque alguna nos cueste
media vida encontrar.
Todas las demás
las tenemos tan cerca
que casi las podemos tocar.
Nunca dejó que un marco la limitase,
por eso siempre fue una obra de arte viviente.