Dejé historias sin leer porque no podía pasar por las palabras en las que volvía a perderte.
Vivir el presente
porque estamos aquí y ahora,
porque podemos
y merecemos
combatir la incertidumbre
disfrutando la vida.
Ojalá el miedo a la pérdida
nunca nos impida
profundizar en las relaciones
que merecen verdaderamente la pena.
Todos los argumentos
de fantasía y ciencia-ficción
que he leído hasta el momento
son usados por mi cerebro
para hacer posible
el volver a verte
en mis sueños.
La libertad
se construye cuando tus raíces
se han anclado al suelo
y tus ramas alcanzan la altura
que necesitas para tu vuelo.
Existimos en un equilibrio
entre huir del mundo
y seguir conectados a las personas que queremos.
Hay comida
que nunca debe caer en la cotidianidad de los días
porque pierde el poder
de devolver determinados recuerdos y momentos
a nuestra vida.
Nos miran bailar
pero no nos ven
porque su mente está
en otras fiestas del pasado
recordando sus propios pasos, añorando otros tiempos
y pensando lo que pudo haber sido.
Miedo compartido
tela escrita para el destino.
Desde ese día el mundo siguió girando
pero como un ventilador viejo en un motel abandonado.
El tiempo
borra la marca
de las letras de un teclado
pero ellas nunca olvidan
su verdadero significado.
Un meme siempre será más viral que un poema, porque nos han enseñado que reír está bien, pero que no hay que sentir públicamente más de la cuenta.
La gran dificultad
está en vivir entre la frontera
de aquello que necesitamos
y de lo que nos hace daño.
Esta era de la inmediatez
nos genera cierta ansiedad
que todo vaya tan deprisa
de que el tiempo se nos va
y la realidad es muy distinta,
los momentos llegarán,
aún queda tiempo para soñar.
Ningún universo confabula para que cumplas tus sueños, pero con suerte y trabajo duro, puedes encontrar un camino que te acerque a ellos.