Todos estamos cortados por el mismo patrón de miedo, a que nos vuelvan a hacer daño.
Sin mirar atrás
huyes lejos de aquí,
grácil,
como el aleteo de una mariposa,
que deja a su paso un vendaval
sobre nuestro castillo de naipes.
Hay que dejar las puertas siempre cerradas. Ya que si alguno vuelve, lo hará porque realmente quiere y no debido a que sea la única puerta que tenga abierta.
Canciones tristes y caminar, cuando no correr. Como si tuviera algún sitio al que ir, como si pudiera realmente escapar.
Las veces que haga falta apoyaré mi espalda contra el asfalto, devolviéndole otro abdominal a la vida.
Finges que nada te importa,
mientras me ves quemar el último cartucho contra el cielo
y en el fondo anhelas que alguien cruce tu pecho,
con la violencia de una bala perdida.
Te debo un viaje que pare en todo lo que fuimos,
su destino aún no está definido,
siempre y cuando seas capaz de atravesar
la isla del olvido.
Pensé que volverías a buscarme
y más sabiendo
que me sobro y me basto
yo sola para salvarme.
Tu cara divertida al fingir que te he ofendido,
sin lugar a dudas para mí,
la novena maravilla del mundo.
¿Pero sabes qué?
Que también lloran las nubes
y la mayoría de días,
son capaces de hacer sombra
a las mismísimas estrellas.
Dejaste veneno en mi sangre,
que ahora intento purgar escribiendo.
Déjame darte al menos las gracias,
por devolverle a mis palabras el sentimiento.
Yo sigo construyendo mi camino,
con atajos por si quisieras volver,
pero nunca me detengo,
tarde o temprano aparecerá alguien que lo quiera recorrer.
Dejas que me vaya
como quien deja pasar trenes porque le sobra tiempo para llegar a su destino.
Un buen día descubrirás que por mucho que lo anheles,
hay ciertos lugares a los que es imposible regresar.
En todos mis ojalá
de antes de dormir
volvemos a vernos
por pura casualidad
porque hasta que el tiempo
nos acabe de partir
siempre quedará
un espacio pequeño
para soñar.
La mejor forma de no sufrir daño es fortalecernos viviendo la propia vida, porque hasta la más remota fortaleza, acaba siendo finalmente vencida.