Las prendas favoritas que vamos llevando durante nuestra vida saben más de sueños que todas las monedas que lanzamos a las fuentes de deseos.
Ya no acepto la vida
pasando en stories
por la pantalla de nuestros móviles.
Toca crear una realidad
que merezca la pena disfrutar.
Las palabras
solo salen de verdad
cuando el sentimiento las acompaña,
lo demás solo son
letras estéticamente bien juntadas.
Cuatro estaciones nos recorren
como peces bajo el agua
y cada abrazo tuyo consigue
la calidez y la calma
de una navidad dorada.
Me encantas cuando recorres la casa canturreando distraída las tareas que vas haciendo y cómo te ha ido el día.
Más que la tristeza por lo que había pasado, era el miedo a lo que ya no podría pasar, lo que realmente les pesaba.
No fui capaz de decirlo entonces
y años después me cuesta pensar que pudiera decirlo ahora.
Pero cómo le gustaba a mi mente revivir aquel momento.
El que ríe último, pocas veces acierta.
Pero quien habla mucho, ríe mejor.
La ignorancia ocupa un lugar,
que solo las mentes más atrevidas se atreven a rellenar.
El que nace torcido,
jamás se endereza
pero encuentra la forma
de girar el universo
para que tenga
pies y cabeza.
Cada partícula de este universo
ha bailado con el destino
para que esta noche
tú estés conmigo.
Las peores preguntas son aquellas cuya respuesta ya sabemos pero evitamos hacérnoslas para justificar que actuamos desde el desconocimiento.
Quizá los cuervos era los únicos seres con la suficiente memoria emocional para poder juzgar a toda la humanidad.
Nunca subestimes la capacidad de una constante lluvia fina. La perseverancia llena más embalses que la tormenta puntual que estalla una tarde de verano.
Su potencial residía
en el difuminado de la acuarela
que impedía cerrar su historia
y crecer hacia cualquier espacio.