La vida aún traerá magia
si somos capaces de abandonar los viejos trucos
que solo nos engañan a nosotros mismos.
Hace tiempo
que compartimos escalones:
cada paso que das
más crece mi orgullo.
Solo tú,
luchadora del mundo.
No sé si será real
o parte de tu embrujo
pero eres mi persona favorita
de aquí hasta el final del mundo.
A todo lo que tocas
le arrojas una luz inigualable
por eso todos los recuerdos contigo,
tienen la felicidad de unas vacaciones inolvidables.
Alzas
la mirada
perdida
y crees
lo que ves
a pies juntillas.
Dale cariño a tus recuerdos
ya que nunca sabes
el apoyo que te darán
cuando vuelvas a recogerlos.
Los latidos
no son otra cosa
que mi corazón
tratando de abrirse paso
hasta tu oído.
No me avergüenzo
de mis malos momentos
cualquiera sabe la dificultad
de hacer brotar algo
en medio del desierto.
Momentos parecidos, a veces, evocan viejos tiempos
y conectan inevitablemente
con aquellos miedos que están enterrados
en lo más profundo de nuestras mentes.
Empezaba a dudar de si en algún momento había atravesado el espejo y estuviese siguiendo el reflejo de su camino.
A veces
es el día a día,
otras por estar cuando se necesita,
también por reconectar
como si no hubiera pasado el tiempo.
Cada amistad
se celebra en su propia variedad.
La tristeza
se acaba abriendo paso
poco importan los embalses que crees para proteger tu mente.
Las humedades acaban llegando.
Me recojo en el nido
contando las plumas
que aún forman parte de mi casa.
Un tropiezo en el camino correcto
te llevará más lejos que mil pasos por el equivocado.
Me quedé a un paso
del llegar a donde quería
y en este limbo
puedo llegar a entender
todo los giros recorridos.