El vacío sigue gritando silencio, pero por más que miro en las caras de la gente, parece ser que soy el único que lo sigue oyendo.
Sentir nostalgia del presente, es el primer síntoma de que vivimos atrapados en el pasado.
Siempre te encuentro
en el sitio equivocado
y eso solo se debe
a que te sigo buscando
en un lugar al que ya no perteneces.
Cada día lloraba tres lágrimas
para que los días de diluvio
lloviera siempre sobre mojado.
Elige bien dónde poner tus esperanzas,
porque al destino a veces le gusta
jugar al cero absoluto.
Belleza: dícese de la persona con la que te encuentras delante del espejo. El ser humano es el único animal incapaz de apreciarlo a simple vista.
Nunca fallas,
pero solo porque remarcas más los errores ajenos.
Dices la verdad,
pero siempre con una mentira camuflada.
Te vas,
pero cierras la puerta por dentro.
Te olvido,
porque ya no hay ‘peros’ que valgan.
Solo se llega tarde
cuando la carrera ha finalizado
y créeme que la nuestra acaba de empezar.
Cuando sucede lo imposible,
todos los altamente improbables se conviertes en posibles.
El pájaro no se pregunta a dónde le conducirá el viento, sino cómo puede aprovechar sus corrientes, para poder ir a donde quiera.
Hemos vuelto a perdernos
en un laberinto sin muros
donde las horas pasan lentas.
Menos mal que escondimos
brújulas y sextantes de recuerdos,
para no perder nunca el norte que nosotros queremos.
El silencio solo puede ser un castigo para quienes no han alcanzado la paz con sus demonios internos.
A veces, al decir la verdad, mostramos una cara oculta de nosotros, que deseamos que sea mentira.
Por mucho que la Real Academia de la Lengua lo hubiera pautado de esta manera, «nosotros» siempre sería para ellos un pronombre indefinido.
Porque contigo
el tira y afloja
siempre ha sido
un tira o empuja
en el que siempre fallo
porque nunca dejas
que nadie acceda
a tu castillo
de papel de burbujas.