Siempre encuentras lo que una vez perdiste, pero nunca lo que estás buscando en ese momento.
Volví a buscarte por la vida
pero ya estabas con otra persona y me encontré a mí mismo en la tristeza oculta tras sus ojos.
Las luces se apagan sobre el escenario y la gente aplaude a rabiar el éxito de la obra. Pero para ella, la verdadera actuación solo acaba de empezar.
A veces el peso que llevamos a la espalda no son más que las decisiones que tomamos encadenadas.
El molinillo dio tantas vueltas que ya nunca más supo, si el eje de madera lo elevaba por los cielos o lo mantenía atado a merced del viento.
Mi niña interior antes de dormir
sigue imaginándose a tu lado
mientras la vida avanza
a miles de imposibles por segundo.
Hay que intentar pasar por el año, siendo lo suficientemente fuertes para que el año no nos pase por encima a nosotros.
Aún después de todo este tiempo, sigues haciendo que mi balsa se mantenga estable, por muy azotado que esté mi tormento.
Quizá la duda algún día nos abandone unos minutos o incluso unas horas, pero ten por seguro que va a ser una compañera con la que tendrás que aprender a tomar decisiones el resto de tu vida.
El reloj no se paraba
y el tiempo nos separaba.
Puedes tocar miles de cables a lo largo de tu vida, pero se sabe perfectamente cuáles son aquellas conexiones que nos dan un verdadero calambre.
Nunca será igual
interesarse
que preguntar.
Pensando en todos los «ojalá» que duraron apenas un mero instante tras salir de mis labios, la estrella fugaz pasó de largo.
Aún me debes
todos los recuerdos felices
que perdí al olvidarte.