Cómete la vida
porque el tiempo
nos devorará a todos.
Solo espero
que la sombra del tiempo
nunca tape lo suficiente
todos mis recuerdos contigo.
En mi palacio de la memoria siempre habrá un cuarto dedicado al que volver, cuando el tiempo me deje abrazar mis momentos contigo.
Quiero pensar
que mientras no nos falte la risa
no te perderás ni un instante de nuestras vidas.
El día siguiente estaba como en una pesadilla,
una con la que nunca tuve que volver a soñar.
Salí corriendo de allí
para volver cuando ya no hiciera daño
y me encontré en mitad de ninguna parte,
triste, solo y extenuado.
En algún momento de la madrugada no pasa ningún coche por la autopista y en ese instante de silencio, la humanidad podría haberse extinguido y solo quedaría la luz de sus farolas.
Deja a un lado el autosabotaje
y quédate conmigo a luchar.
Los sueños se expanden en nuestro interior hasta que somos adultos y nos toca hacerlos crecer hacia el mundo exterior.
Vamos a quitarle el sentido
antes de que lo pierda
vamos a crearle uno nuevo
antes de que llueva.
Quizá lo más difícil sea
evitar sentir que somos
la misma tormenta
que nos arrecia.
Tú eres luz
pero a veces no lo recuerdas
por eso guardo en casa
millones de velas con tu esencia
para que ardas
para que vuelvas.
Saltaba a la comba
con los hilos rojos del destino
de las personas
que no habían conectado
los suyos
con la persona adecuada.
Como si de una flor en el desierto de tratara,
rescato todo lo bueno que me dieron las personas que,
hoy, ya no tienen sentido en mi vida.
Conforme pasan los años
vamos cruzando puertas
y lo que determina quiénes somos
es si lo hacemos hacia dentro para protegernos
o hacia fuera para seguir construyendo.