Ella aprendió a quererse por cómo era y no por aquello que conseguía.
Nos vemos allí
donde los últimos rayos de sol
se despiden de nuestro día.
No le quites valor
a los momentos cotidianos
porque pueden llegar a convertirse en recuerdos imborrables.
La única diferencia entre los dos
es que yo supe convencerme de lo contrario mucho mejor.
La suerte no tenía
ni bondad,
ni maldad
ella simplemente sucedía.
El momento vital
es un instante
que puede durar toda la vida.
Mirar aquello que te falta
y no todo lo que eres
es a la larga
una pérdida de superpoderes.
La vieja vitrina
protegía los nuevos momentos
como una máquina del tiempo hacia un futuro de encuentros.
Nunca podré igualarte,
ni siquiera suplirte
porque ese peso no me corresponde.
Solo ahora
puedo mirar atrás
y ver el peso de la tristeza
zarandeándome como las olas del mar contra la arena.
Amor a primera vista
desamor a primera palabra.
La risa de hoy
evidencia aún más
la tristeza de aquellos días.
Ahora fallo más
pero siento que me equivoco menos.
Eres como la canción
que aparece de pronto en mi cabeza y no puedo dejar de escuchar.
Cada día borraba fotos
para que cada mil imágenes
pudiera recuperar una palabra.
Me perdoné todo
lo que aprendí por las malas
porque nadie mejor que yo debería entender
por lo que he pasado.
En medio de esta tormenta
tus recuerdos agujerean mi barca
rumbo a la deriva.
Reniegas todo lo que un día
me pudiste negar.
Hay cosas que tenemos que pasar sin juzgar si se encuentran en la línea del bien o del mal.
Volver a probarte
como si fuera verano
y estuviéramos tomando
helado por primera vez.
Aquella fue la primera vez
que no cogí las maletas para irme, sino para perderme.
-Hacía mucho que no nos veía tan felices
-Esta sonrisa es un fiel reflejo
Le dije aquella tarde a mi doble en el espejo.
Si le daba una vuelta
la luna me sonreía
en cuarto creciente.
La persona más invencible
probablemente sea la más vulnerable.
Aprendí a cargar
con el peso que nunca debía llevar, aquello no me hizo más fuerte sino más fácil de responsabilizar.
La complacencia sin límites
siempre fue la mejor aliada
de la soledad acompañada.
Todos decían que lo estaba llevando muy bien, pero solo procrastinaba hasta que no hiciera otra cosa que estallar(me).
No me importa atajar
por caminos complicados
siempre que sienta
que me llevan a alguna parte.
Aprendes a estar mal
cuando entiendes
que es natural
y forma parte del proceso.
El eterno caminar
desde el día en que descubres que quieres marcharte hasta el día que finalmente te vas.
Te encontré
esperando en un banco
hacia ninguna parte.