Si alguien pudiera decantar tus lágrimas,
no encontraría heridas, ni recuerdos de nosotros,
no habría reproches, ni arrepentimiento.
Solo agua y mucha vida, que evaporaba el futuro que nos merecíamos.
Estando abrazados así,
en aquella penumbra absoluta
no sabíamos muy bien
dónde acababa el mundo de Morfeo y dónde empezaba nuestra nueva vida.
Nunca dejó de escribir
esperando que alguna frase consiguiera crear un puente sobre el abismo que les había separado.
Sigo tus huellas hasta la isla, que un día hiciste desierta. He venido para vislumbrar amaneceres, para quedarme a ver juntos las estrellas. Será nuestro verano invencible.
Esperas paciente a que abra la puerta. Mientras yo desordeno un poco la casa, para que pase desapercibido, que llevo una eternidad construyendo para los dos este mundo. Que aunque no se escucharan tus pasos en el pasillo, te llevaba una vida esperando.
Nunca olvidaremos aquel año lleno de lagunas mentales de recuerdos.
La lluvia no ha podido llevarse el frío de esta distancia y por la calle se amontonan los restos del hielo que atenaza nuestros corazones.
Se besaban
entre coche y andén
como si el tren se marchara para siempre, como si nunca dejara de volver.
Mi mayor éxito siempre fue mantenerte real a base de palabras. Los años pasan, pero sigo conservando tu esencia a cada pasada.
No quiero que el tiempo avance más rápido ni que se detenga. Es suficiente con que esté lleno de cosas que merezcan la pena.
Te das cuenta de que es el viaje y no la meta, cuando el deseo de llegar no te impide perderte, girar, dar alguna vuelta más.
Es una cuestión de física básica:
Cuanto antes aceptes todo lo que te mereces, más espacio dejarás a la felicidad que vaya surgiendo por el camino.
Jugamos a ser dos piezas que no venían rotas de fábrica.
Duermo menos descanso más entre tus brazos hay una paz que en ningún sueño puedo encontrar.
Ella sostenía varios mundos a su espalda. De noche, cuando nadie miraba, los llevaba en silencio hacia la luz más cercana. Los que lo sabíamos, con orgullo la admirábamos.
Seguí dando vueltas por la vida sin creer ya si quiera en el destino, pero con la absoluta certeza de que solo por puro azar podría encontrarme algún día contigo.