Era demasiado pronto, para seguir llegando tarde a ese vuelo que no acaba de despegar, porque continúa esperándote.
A veces vienes
envuelta en llamas
huyendo de un fuego
que solo tú puedes sentir
y me miras
esperando que mis palabras
apaguen por un rato ese incendio.
Y yo te miro
y me siento el único bombero
capaz de salvar tu sonrisa
de este infierno.
Su sueño estaba absolutamente alejado del que yo tenía, pero al oírselo narrar, noté en su voz la misma cadencia que cuando yo contaba el mío. Entonces supe, que estábamos destinados a tocar juntos.
Sigues lanzando al agua las piedras con las que un día tropezaste. Todas se ahogan, ninguna rebota ya contra la superficie. Has conseguido hacer de tus fallos, una armadura de roca, confianza y cicatrices.
Nunca supimos expresar
lo que sentíamos con palabras,
pero cada mañana al despertar
crecían poemas bajo las sábanas.
Todas las palabras que vierto
no podrán llenar este espacio,
pero al menos cuando me asomo,
no escucho el eco de mi propio silencio.
Si tenemos que estar separados
por motivos de la vida, del destino o del azar,
hagamos que cada reencuentro,
sea una página de nuestra vida que guardar.
Siempre podré encontrarte
a través de la hilera de libros
que a lo largo de los años me regalaste.
No soy muy de elocuentes despedidas.
Nunca debes rechazar la llamada a la aventura.
Te deseo lo mejor,
ojalá halles lo que estás buscando…
…pero si no,
vuelve cuando atardezca
te estaré esperando.
Juntos le encontraremos sentido
a esta eterna noche.
La playa nunca permite
que nadie deje sus huellas,
aunque el paso de la gente
se queda siempre grabado
a base de agua, sal y arena.
Hemos sido campeones de escondite
y pésimos buscadores,
pero al final nos encontramos
fuera de juego.
En algún lugar
hay un café esperando por nosotros.
A estas alturas, se habrá quedado frío,
incluso congelado,
suerte que cuando estamos juntos,
cualquier época del año es verano.
Cuando ya no queden musas,
ni una pizca de magia.
Cuando todas mis palabras se hayan ido de este universo,
a construir otras galaxias,
quiero que te quedes con estos días,
con la lluvia
y con la forma en la que te miraba cada mañana.
Elegid bien vuestros salvavidas,
un buen día pueden llegar a ahogaros.
Todo el mundo la echaba de menos,
pero ella no podía quedarse en ningún sitio
o su esencia corría el riesgo de desaparecer.