Recuerda que hasta una mota de polvo puede ser mágica
si se le ilumina con la luz adecuada.
Puede que vayan a buscarte, pero a nadie le interesa aquella persona que no ha hecho nada, por llenar de vida la isla desierta en la que se encuentra.
Somos las mismas fichas jugando una y otra vez una partida que nadie puede ganar o perder.
Solo volver al tablero a no rendirse.
Llevar tanto tiempo perdido hace de tu salida mi único camino.
Dios aprieta pero no ahoga – cantaban las sirenas desde las rocas – para eso, ya estamos nosotras.
Lo nuestro fue la Gioconda de Da Vinci si nunca se hubiera atrevido a pintarla.
En esta época de relojes grandes y tiempo justo,
no dejo nunca de llegar tarde
a aquellos lugares, momentos y personas
que desde siempre busco.
Se quedó en la línea de no retorno a esperar a que volviera.
Pero el invierno era frío y las esperanzas no son eternas.
No sé, si dejaste de creer en nosotros, como yo dejé de creer en ti al hacerme mayor. Pero cada Navidad sigo pidiéndote que ella vuelva y tú sigues sin hacerlo realidad.
Para que el invierno encuentre
un rival que le plante cara
hemos construido nuestro fuerte de mantas,
con cerrojos de piernas entrelazadas
dejando el frío lejos de casa.
Madrugabas con sonrisas,
filtrando una luz de sol por las rendijas,
aunque estuviera nublado.
Y mi mal humor se extinguía como si aún siguiera soñando.
Crecer como persona
es ponerte cara a cara
con la persona que fuiste el año anterior
y no bajar la mirada
sino subir la cabeza.
Portaba una pistola cargada de pintura.
Ya no habría nunca más:
mentes en blanco,
prensa amarilla,
príncipes azules,
viejos verdes,
caminos de rosas,
números rojos,
marrones,
ni días negros.
Estaba la lluvia,
el bosque,
la música,
el traqueteo del tren,
la mar…
pero cuando quería desaparecer
se quedaba a oír su voz.
Te buscaba
como al interruptor de mi cuarto,
tanteando a ciegas por una pared
en la que siempre hubo algo
que ya no está,
dejando mi mundo
completamente
a oscuras.
Diciembre
y su oscilante pregunta que en el tiempo va y del futuro también viene:
¿Estás donde imaginaste que estarías 365 días atrás?