He probado a sostener otros recuerdos entre los dedos, pero carecen de aquel fuego. Tu aroma me persigue impulsado por el viento.
|
Fue una prueba de fuego verter todo por el fregadero, pero han pasado 39 días y 13 horas, sin que necesite echar mano de tu recuerdo.
|
Hoy casi tengo una recaída: volví a ver aquellas fotos.
Los pensamientos me llamaban
como a los que aspiran a subir en la nieve.
El miedo a quemarnos por error
hace que dejemos avanzar la mecha
hasta que es demasiado tarde,
no podemos más
y todo acaba por explotar.
El árbol de los deseos
puede tener las raíces profundamente ancladas en el pasado,
pero el tronco se va nutriendo del presente
y va creando las ramas hacia un futuro que no conoce límites.
De nada sirve tener la capacidad de ver en tu propia oscuridad,
si ello provoca que caigan sombras sobre los demás.
No todo lo que escribo aparece en el libro de mi vida.
Pero te aseguro que hay algo de mi vida en todo lo que aparece aquí escrito.
Era una calle oscura en plena noche y hacía frío.
Sin esperarlo, notó una punzada a traición.
Quizá no ocurriera así.
Pero ella sintió aquella despedida,
como una puñalada en el corazón.
Sentado en el filo del ventanal
una pierna tocaba el firme,
la otra pisaba el aire.
A un paso de volver a tierra
y a otro de echar a volar.
Jugando a ser lo que no eres,
puedes vencer más de mil veces,
pero dudo que a la larga,
llegues a ganar realmente nada.
La soledad.
A veces uno es incapaz de encontrarla
y otras es imposible huir de ella.
Y yo,
que nunca he sido muy fan de la Ciencia Ficción,
no dejo de preguntarme,
si en algún otro universo,
Tú
has sido más valiente.
Por muchos años que pasen,
mientras haya música,
tu silencio nunca podrá castigarme.
En este mapa que me dieron ya trazado
que junto a otros dibujo
y recorro como puedo,
solo encuentro cruces
y ningún tesoro.
Si me aprietas los dedos
aún sangro suficiente
para llenar un tintero de emociones
con el que decirte
que sigo echándote de menos.