La vida solo sigue una dirección
pero tiene miles de sentidos.
Encontrarás tu sitio
pero no será en un único lugar
porque pertenecer a algo
jamás se podrá geolocalizar.
Este sendero
sin peaje
ni costuras
que no se considera viaje
me lleva al mismo sitio
a construir de nuevo el camino
que no me retrase.
Ya no puedo parar más
esta avalancha de agua y sal.
Recuérdame
con un abrazo o con un beso
por qué merece la pena
seguir orillando esta tormenta.
Vamos a avanzar hacia delante
porque huir hacia atrás
sería una derrota constante.
En un mundo con cada vez más edificios,
lo que buscas se encuentra siempre
en el siguiente castillo.
Elige bien a tus amigos
nunca sabes cuánto peso de tu mochila
van a poder cargar.
Aprendemos a saltar las grietas,
por no esperar,
a que la lluvia rellene los espacios
y los canales nos acerquen por fin
a esa ansiada tranquilidad.
Me encierro
en este cuarto abierto
sin rejas, ni candados, ni cadenas
me aíslo
esperando encontrar respuestas.
Si tu mente fuera tu jardín
¿que estarías cultivando para el día de mañana?
El sol se puso en otro lugar,
pero no importaba,
porque habíamos cambiado
la forma de caminar por el mundo.
Tu sonrisa
tiene la capacidad
de cimentar mis pasos
dándome la seguridad
de que todo irá bien.
Quizá no lo digo bastante
pero tengo profunda admiración
por tu batalla, tu entrega
y tu fuerza inconmensurable
a querer cambiar las cosas.
Eres inigualable.
Las plantas siguen esperando
el agua que siempre olvidamos
y a pesar de ello
siguen tratando de crecer
para llegar a lo más alto.
El miedo real
lo daban las personas
que escondían su maldad
bajo un disfraz de absoluta bondad.